¿Alguna vez te has preguntado cómo es percibido tu negocio? ¿Sabes si lo que quieres proyectar está siendo visto como deseas?
Como marcas y creadores de contenido es posible que muchas veces nos sintamos tentados a seguir todas las tendencias que aparecen… Pero ¿te has preguntado si vale la pena?
En muchas ocasiones hemos conversado sobre la importancia de que una marca, sea personal o corporativa, invierta en construir una imagen y una reputación que conecte con coherencia lo que dice con lo hace.
Es común cuando nos encontramos ante alguna fecha, celebración, efeméride o tendencia importante que las marcas quieran subirse en las olas, aun cuando no estén del todo conectadas a su esencia.
Hace poco, leyendo una publicación de Andy Stalman por el día de San Valentín, reflexioné sobre cómo muchas veces los esfuerzos de las marcas en sus comunicaciones no parecen ir más allá de “ganar más likes”.
Aunque vivimos en un mundo donde temas como la igualdad, la equidad, la sostenibilidad están en la palestra pública, son realmente pocas las marcas que están dispuestas a invertir en poner en práctica esos cambios.
Stalman señala que si bien términos como “Propósito”, “Valores” e incluso, “amor” son cada vez más frecuentes en conversaciones sobre planes de negocio, es poco habitual que pasen de la palabra a la acción dentro de las empresas.
En mi opinión, todos estos temas se conectan con la COHERENCIA y la CONSISTENCIA. En demostrar que lo que somos, hacemos y decimos con nuestra marca está en sintonía.
Lo cierto es que no solo se trata de poner un post alegórico o intervenir el logo de tu marca, la cinta rosada en octubre por el cáncer de mama o el gorrito de navidad.
En cualquiera de los casos es necesario hacer una mirada profunda y sincera sobre cómo aquello que deseamos decir y profesar, se conecta con nosotros, con los valores e ideales de nuestra marca.
Un tema recurrente en mis consultorías es cómo las empresas pueden construir una imagen sólida y, por lo general, en las conversaciones iniciales siempre encuentro que existe un “divorcio”, entre lo que la marca quiere transmitir a su audiencia y lo que realmente transmite.
Las marcas y negocios deben comprender que la construcción de una comunicación coherente y consistente, es una tarea que comienza de adentro hacia afuera.
Aspectos como una misión y una visión que nos ayuden a definir cuál es nuestra función en el mercado y lo que deseamos alcanzar, unos valores de marca que reflejen nuestras costumbres, principios éticos y formas de actuar, una Cultura Organizacional que fomente la integración y de sentido de pertenencia, son fundamentales para tener Reputación Sólida y en sintonía con nuestras raíces y razón de ser.
Es posible que en una primera mirada, los aspectos que mencioné anteriormente suenen alejados de “las tendencias que seguimos y publicamos”, pero lo cierto es que deberían ser CLAVE antes de decidir cuál es el siguiente post que vamos a publicar.
Una marca COHERENTE y CONSISTENTE está consciente de quién es, qué hace y lo que necesita para conectar ambos aspectos de cara al público, su Talento Humano, colaboradores y aliados.
…Pero ¿Cómo saber cuál es la tendencia que debo seguir?
Semanas atrás conversábamos sobre cuál era el valor de un meme para nuestro negocio y cómo era la mejor manera de conectarlo con nosotros y con lo que deseamos decir.
En el caso de las tendencias, los principios para elegir cuál es la más adecuada para nuestra marca radica más o menos en hacernos las mismas preguntas:
- ¿Está conectada con mis valores, mi realidad y contexto como marca?
- ¿Es relevante la tendencia para mi marca?
Si contestaste “Sí” a las preguntas anteriores, entonces ¡súbete a la tendencia!, pero si dijiste que no, lo mejor es dejarla ir.
Lo importante es siempre tener en cuenta que, sea lo que sea que comuniques, debe estar conectado con tus valores y raíces como marca.
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